La agencia Euromericas Sport Marketing, realizó el informe final sobre el estudio: “Argentina y los goles secuestrados”. El anuncio oficial realizado por el jefe de gabinete del país que daba por finalizado el denominado modelo del “fútbol gratuito para todos” (llamado FPT) en la Argentina. Los derechos de las transmisiones de los partidos por televisión están en manos del estado, en este caso del gobierno, lo que ha sido un fracaso.
La llamada a licitación publica no sucedió, ni siquiera prosperó el intento de otorgarle los derechos de modo directo sin concurso a la productora del showman mas famoso del país Marcelo Tinelli. El periodista aceptó a cambio de 4 millones de dólares, el pago de una plantilla de periodistas de la guardia joven, y quedarse con el 30% de los espacios para comercializar publicidad privada en televisión.
Desde el mismo momento en que se convocó al conductor de televisión y empresario Marcelo Tinelli, se sabía que el empresario televisivo llegaba para jugar fuerte y ser protagonista, pero se empezaron a escuchar voces adversas, como la del hijo del ex presidente Máximo. También se opuso al acuerdo, la Hebe de Bonafini, Madre de Plaza de Mayo, diciendo “el Fútbol para Todos no está para ganar plata, sino para hacer política. Eso dijo Néstor Kirchner y no nos podemos olvidar”, sostuvo la activista por los derechos humanos.
En Argentina, fútbol, dinero y política, son términos que siguen de la mano en una asociación. El estado destina del presupuesto Nacional para FPT $1600 millones, ingresados por la AFA, que luego distribuye entre lo clubes los porcentajes fijados. La publicidad durante los partidos y en los entretiempos son 100% propaganda política.
En la casa de gobierno tienen un equipo que mide la penetración de la propaganda, con un programa que elabora una especie de ranking publicitario.
El informe destaca que cuando comenzó este proceso, el Gobierno anunció que iba a licitar la contratación de publicidad privada para la televisión. De esa manera costearía el pago de los derechos y aportar dinero al crecimiento del deporte olímpico apoyando a los atetas. Jamás se puso en marcha plan alguno en este sentido.
El campeonato 2014, ya empezó, y el modelo se sostiene en coma, con un país con escasas reservas económicas, inflación creciente y la popularidad de la presidente en declive. A pesar de la situación, todo sigue intacto en su formato habitual y la pelota, como tantas veces en la Argentina, sea durante gobiernos democráticos o dictatoriales, vuelve a demostrar que corre por el campo manchada.