Es curioso observar como el pesimismo se ha ido apoderando poco a poco de los culés. Las dudas son entendibles debido a la irregularidad que están teniendo los hombres de Gerardo Martino, sobre todo, en la competición doméstica. El FC Barcelona tan sólo ha logrado trece puntos en la segunda vuelta de la Liga. Son números realmente preocupantes. Lejos queda la jornada número diez, cuando los azulgranas establecieron una máxima diferencia con el Real Madrid de seis puntos.
Fue entonces cuando los blancos invocaron al famoso espíritu de Juanito para voltear la situación, a pesar de que jugaban realmente mal y no convencían a los suyos. En Madrid son expertos en esto. Es indiferente el juego, no pasa nada que haya descontento entre la afición, montan campañas para desestabilizar a sus contrincantes y apelan a la épica que tan bien se les da. Fijaos bien que por ahora han logrado lo que buscaban. Son líderes a cuatro puntos del Barça, a la espera del trascendental choque del Bernabéu. ¿Por qué en Barcelona no se juntan todos los esfuerzos para apoyar a los jugadores para que salgan de este bache? En vez de la satisfacción por ganar, parece que la autodestrucción del club tenga mayor interés.
Tras la lamentable actuación en el estadio José Zorrilla de Valladolid, los futbolistas han demostrado que cuando quieren, pueden competir a un gran nivel. Este miércoles pasado se vio un buen fútbol y se eliminó a un rival de entidad como es el Manchester City. Pocos clubes podrán decirlo, pero el Barça lleva siete años consecutivos clasificándose para los cuartos de la Champions. Y este dato estadístico sirve para evidenciar que, pese a los malos resultados, se puede seguir confiando y se debe seguir apoyando a este equipo hasta que sea matemáticamente imposible luchar por la Liga o se caiga eliminado de la Champions. En la Copa del Rey, a un partido único, puede pasar de todo.
Si los propios protagonistas están convencidos de poder ganar de nuevo el triplete, ¿por qué gran parte de la afición y de la prensa no se lo creen? Está claro que será muy complicado. Pero, daros cuenta de una cosa. Si el Real Madrid estuviese en la misma posición que se encuentra actualmente el Barça, ellos estarían a muerte con su equipo. ¡Hagamos lo mismo y cambiemos la historia! Dejemos a un lado los ismos, las fobias, los miedos, y sobre todo, el victimismo. Está en nuestras manos modificar el ADN de este club. Como bien dijo Javier Mascherano: “no nos den por muertos, todavía”.