A finales de 2013, Roger Federer parecía encaminarse hacia el inicio del lógico declive en el que entran ls deportistas que, poco a poco, se acercan al fin de sus carreras. Así lo escribimos en La Jugada Financiera en el artículo ‘Federer: el ocaso de la carrera del mejor tenista de la historia‘. El suizo apenas logó un título en una temporada para olvidar, y parecía ceder defitivamente al empuje de Nadal y Djokovic.
Pero nada más lejos de la realidad. Un año después, Federer ha logrado reinventarse, y concluye la temporada como el número 2 del ranking ATP, pero sobretodo, ganando el trofeo que le faltaba para culminar una carrera de ensueño: la Copa Davis.
El palmarés de Roger es impresionante: 17 Grand Slam y 23 Másters 1.000, para un total de 82 torneos individuales, con un balace que habla por sí solo: 995 victorias por solo 226 derrotas. A los que hay que añadir la medalla de oro en dobles en los JJOO de Pekín, junto a Wawrinka, y la medalla de plata en categoría individual en los JJOO de Londres.
Federer llegaba al fin de la temporada pletórico, tras la conquista de 5 títulos, soñando con ganar de nuevo el Masters y luego la Copa Davis. Pero todo estuvo a punto de irse al traste cuando hace apenas una semana anunción que debía renunciar a la final del Masters debido a una lesión de espalda. Los temores se apoderaron del equipo suizo, que veía como su mejor jugador podía quedarse fuera de un momento histórico.
Pero el número 1 del equipo suizo sabía que estaba ante una oportunidad única. Así que de acuerdo con los médicos y el capitán del equipo, decidió ejercer su papel de mejor jugador. El viernes, ante Monfils, no pudo rendir como esperaba y fue batido sin contemplaciones por el tenista francés. Y volvieron las dudas.
Llegaba el momento decisivo. Primero, el partido de dobles. Y Federer no falló. Se apoyó en Warinka y juntos dieron buena cuenta del equipo francés. Suiza tenía así dos oportunidades para rematar. Y qué mejor final para este cuento que el bueno, el mejor de la historia, el jugador más elegante que se haya visto en décadas sobre una pista, fuera capaz de batir a su rival, Richard Gasquet, en apenas 3 sets, dando el punto decisivo a su país para levantar la Ensaladera.
Federer no pudo contener las lágrimas, y seguro que muchos de los aficionados al tenis compartieron su emoción. Roger ha puesto la guinda a su carrera. Se ha quitado la presión de ganar la Copa Davis, y ahora podrá seguir disfrutando del deporte que tanto ama y haciéndonos disfrutar a todos sabiendo que no le queda ninguna cuenta pendiente.
A continuación puedes ver el momento en el que Federer logra el punto decisivo: